Un 26 de noviembre de 1504 fallecía en la castellana localidad de Medina del Campo la Reina Isabel I de Castilla, llamada La Católica, título otorgado por el Papa Alejandro VI mediante la Bula Si Convenit, el 19 de diciembre de 1496
512 años después el Capítulo de Nobles Caballeros y Damas e Isabel La Católica, rindieron sentido homenaje a la Sierva de Dios en Madrigal de las Altas Torres, localidad de su nacimiento.
Comenzó la jornada con la Santa Misa celebrada en la Iglesia del Convento de las Madres Agustinas, presidida por el Muy Ilustre Sr. D. José Antonio Calvo, Capellán del Capítulo.
En su homilía nos dió cinco claves para orientar nuestras vidas y la vida capitular.
Finalizada la Santa Misa, el Capítulo se dirigió al monumento de la Reina para realizar una ofrenda floral.
El Gran Maestre recito:
La muerte de Isabel La Católica
La lluvia de noviembre se hace terca en Medina
Todo el campo, de pronto, se torna cementerio.
Una suave penumbra se disuelve en neblina
y confiere al castillo un halo de misterio.
Frailes descalzos rezan los salmos funerales.
El humo de las velas hace sombra en el techo.
La tarde, rosa mística, se asoma a los vitrales.
La Reina Isabel yace moribunda en el lecho.
Todo está consumado. La muerte está llamando.
Pero ella piensa en frágiles moriscos harapientos,
en el contrito esposo, en el fiel Fray Hernando...
Aunque el dolor arraiga en la profunda entraña,
es dulce para el alma el sabor de la muerte.
Muere la Reina humilde, muere la mujer fuerte
que hizo más grande el nombre de Castilla y España.
Magnánima, pèrfecta, inmortal y segura,
el águila remonta su vuelo hacia la altura.
José María Gómez
Desplazados al salón de plenos de Ayuntamiento, la Alcaldesa Dña Ana Zurdo, quiso obsequiar al Gran Maestre con la Llave Madrigal
En el salón de plenos tuvo lugar la asamblea extraordinaria para renovar los órganos de gobierno del Capítulo.
Realizada la votación salio elegido por amplísima mayoría la candidatura de D. Raúl Baz.
El Gran Maestre electo quiso en sus primeras palabras agradecer la labor del Gran Maestre saliente y le dijo que el Capítulo no se podía permitir prescindir de una persona de su categoría personal, moral e intelectual.
El día finalizó con una comida de Hermandad.